Mecer a tu bebé: beneficio afectivo y desarrollo del sentido vestibular.

Tamara Chubarovsky en su artículo <<Los beneficios de mecer a tu hijo>> cuenta que "Al mecerlos y balancearlos, estimulas su sentido vestibular (equilibrio), que es la base de otras muchas habilidades.

El uso del pareo en los primeros meses es enormemente beneficioso, ya que aporta al bebé mucha información afectiva y sensorial indispensable para su desarrollo. Recibe calor físico y emocional, envoltura y protección. Además, por el movimiento rítmico al caminar y el  bombeo del corazón, se estimula su sistema vestibular".


Algunos elementos que ayudan a formar los vínculos son: el tacto, el contacto visual, el olor, la voz/sonidos, la sincronía entre el bebé y la madre o el padre... Todo ello se consigue mientras mecemos pues estamos en contacto físico con el bebé si lo mecemos en nuestros brazos o en el regazo, mantenemos el contacto visual en el proceso, nuestro olor corporal está presente; solemos acompañar esta acción con tarareos, nanas, o canciones que acompañan el ritmo, con lo que hacemos contacto con la voz y fomentamos la sincronía entre el adulto y la criatura (sincronía se refiere a
los ritmos biológicos del bebé que suelen estar sincronizados con su madre desde el útero: ciclos de sueño-vigilia,  fluctuación de hormonas, latidos cardíacos, movimientos... y que despúes del nacimiento se pueden volver a propiciar a través de acciones como sostener y tener cerca al bebé, llevar a cabo actividades y movimientos rítmicos, establecer rutinas diarias positivas, etc.)

Es por tanto el acto de mecer, una de las múltiples formas de establecer el contacto (con-tacto) que desarrolle el vínculo afectivo y fortalezca un apego seguro entre bebé y p-madre.